Publicado el 20/02/2022

Miramar de Ansenuza. El mar de Córdoba.

Una laguna infinita de agua salada que se pierde en el horizonte. La silueta de un hotel fantasmagórico que guarda historias de espectros y presencias extrañas, y las ruinas de una ciudad que se tragó el agua y cuyos restos emergen en las bajantes. La laguna de Mar Chiquita, también conocida como el mar de Ansenuza, nos invita a develar sus misterios y por qué no, a disfrutar de unos días de relax.

Llegue a Miramar una calurosa tarde de verano atravesando rutas solitarias y campos infinitos. Finalmente había llegado al gran mar cordobés que está ahí, frente a mis ojos cuando cae la tarde y el sol se pone en el horizonte descomponiendo el cielo en miles de colores que se reflejan en las aguas tranquilas de la laguna. A lo lejos, entre una tenue bruma se adivina la silueta del Gran Hotel Viena. Es un espectáculo increíble. 

UN POCO DE HISTORIA:

Las primeras personas comenzaron a asentarse en la zona alrededor de 1903, provenientes de diferentes lugares de Córdoba y Santiago del Estero. En 1912 se produjo la llegada del ferrocarril a la vecina localidad de Balnearia, ubicada a 12 km de la laguna, lo que facilitó la llegada de turistas. Recién hacia 1921 se construyeron los primeros alojamientos para turistas, y la localidad se creó oficialmente el 18 de noviembre de 1924. A medida que la localidad fue creciendo en infraestructura y servicios se fue poblando de nuevos vecinos y más turistas comenzaron a llegar buscando las propiedades terapéuticas de sus aguas y fangos que se utilizaban y recomendaban para diferentes terapias y tratamientos.

En 1941 se comienza la construcción del Gran Hotel Viena, que sería no solo el establecimientos hotelero más importante de la historia de la ciudad, sino también uno de los hoteles más importantes del país en aquel momento. Se terminó de construir en 1943, y se puso en funciones en 1947. La ciudad siguió creciendo y en 1977 llegó a tener más de 100 establecimientos hoteleros de todo tipo llegando a ser un destino turístico de importancia.

Pero la suerte de Miramar estuvo siempre atada a la laguna, a sus sequías y a sus crecidas. Las sequías haciendo retroceder las aguas y alejándose de sus costas, las crecidas produciendo inundaciones que devastaron la ciudad. Así sucedió en 1977. El nivel de la laguna creció abruptamente por el aporte de los ríos Dulce, Suquía y Xanaes y la crecida dejó bajo el agua la mayor parte del pueblo, sus casas, hoteles, comercios y plazas. Nada se salvó y la ciudad quedó prácticamente deshabitada, ya que la mayoría de sus pobladores debieron emigrar y rehacer sus vidas en otros lugares.

Sin embargo, años más tarde y lentamente, la ciudad se volvió a poblar y rehacer en la parte que el agua no había tapado, más alta y con menos posibilidades de volver a taparse. Si bien la laguna, ha tenido a lo largo de los años varias bajantes y crecidas, el agua no volvió a inundar a la nueva ciudad.  A partir del 2005 el nivel del agua volvió a bajar dejando al descubierto la antigua ciudad en ruinas. Ante el peligro de derrumbe, los edificios que aún estaban en pie fueron detonados.

En la actualidad  Miramar es una ciudad prolija y de casas bajas a orillas de la gran laguna. El turismo se ha recuperado y sigue creciendo cada año la cantidad de visitantes que eligen disfrutar aquí de unos días de vacaciones. SI bien no tiene la infraestructura hotelera que tuvo en sus mejores años, cuenta ya con una variada oferta de hoteles, cabañas, bungalows y departamentos, también de un exclusivo hotel de 5* con casino. Su centro comercial  se encuentra principalmente en la calle Córdoba que es donde está la mayor parte de la oferta gastronómica, restaurantes, bares, cervecerías, heladerías y negocios que venden artesanías y productos típicos.

En 2021 el Ministerio de Ambiente anunció la creación de un nuevo parque nacional en la localidad cordobesa de Miramar de Ansenuza, que será uno de los más extensos de Argentina y además de proteger a la fauna nativa permitirá el resguardo de más de 450 especies de aves migratorias que visitan la zona todos los años.  La creación del área protegida supone también un gran potencial turístico para la zona. Sin duda una excelente noticia.

QUÉ HACER:

- Un recorrido por la ciudad:
A primera vista la ciudad de Miramar parece un balneario de la costa Atlántica. Tiene ese aire veraniego y desacartonado de gente que se mueve sin prisa disfrutando el momento. La laguna es el corazón de la ciudad, parte fundamental de su paisaje y de su vida cotidiana. Por eso la Avenida Costanera es la principal arteria de este pueblo. Un recorrido podría comenzar en el espectacular Ansenuza Hotel Spa y Casino, el mejor hotel de la ciudad y finalizar en la rotonda del club náutico, un recorrido de alrededor de 1200 mts. Vale la pena hacer la primera parte del recorrido por la costa de la laguna, en medio de un paisaje bucólico con formas fantasmagóricas que asoman por doquier.  La costa está compuesta por una especie de humedal teñido de blanco por la sal de la laguna, que desprende un olor fuerte y penetrante. Grupos de árboles muertos con sus troncos blancos se mantienen en pie como imagen de un pasado que ya no está. Y las ruinas de la ciudad  que asoman por doquier nos muestran el impacto de la devastación que causó aquella inundación.  Pilas de ladrillos, restos de vigas, fierros retorcidos, una reja que se niega a desaparecer, una historia tapada por las aguas. Por la tarde, las aguas quietas de la laguna parecen un espejo que refleja el paisaje y el cielo. Miles de aves, entre ellas el flamenco austral, se ven en las costas, en el cielo, en las ruinas. EL paisaje es sorprendente.  Más adelante, ya a la altura del centro, las ruinas de la vieja torre del hotel Copacabana se mantiene en pie y señala el comienzo de los principales balnearios de la ciudad.  La zona fue arreglada agregando arena, sombrillas y duchas para que los turistas puedan disfrutar de la laguna. En verano hay miles de personas descansando, tomando sol y bañándose.
Sobre la avenida, hay una gran cantidad de negocios, locales gastronómicos, bares, cervecerías, heladerías y oferta de excursiones. La otra arteria importante es la calle Córdoba, que tiene solo 3 cuadras pero es donde están la mayoría de los locales comerciales, negocios en general y la mayoría de la oferta gastronómica de la ciudad. Por la noche, la movida se traslada a este lugar.
El resto del pueblo es un lugar tranquilo, de casas bajas y en general nuevas, ya que la parte más antigua quedó bajo las aguas.
Imperdible: Miramar tiene unos atardeceres inolvidables. Cuando el sol comienza a caer, miles de personas se reúnen en la costanera para ver este espectáculo maravilloso del sol descendiendo hacia el horizonte con el cielo descompuesto en cientos de colores que se reflejan en las aguas de la laguna. Es un espectáculo imperdible que vale la pena ver cada día.  

- La laguna de Mar Chiquita, la gran protagonista:
Lo primero que llama la atención es su extensión. La vista se pierde en el horizonte sin registrar la otra orilla. Por eso por momentos uno tiene la sensación de estar en el mar. Lo segundo, el agua salada, que a simple vista ya se percibe más densa, como más pesada. Su salinidad es dos veces más alta que la del mar, muy similar a la del Mar Muerto. Es por eso que al bañarse en este mar salado uno flota aun sin siquiera moverse.
Con una superficie que ronda los 8000 km cuadrados, es la laguna más grande de Argentina, la cuarta más grande de Sudamérica, y el cuarto lago salado más grande del mundo. Su profundidad llega a aproximadamente 12 metros. Se estima que su formación comenzó hace unos 70 mil años con la elevación de parte del terreno que impide el desagüe de los ríos Primero, Segundo y Dulce, lo que conformó una cuenca endorreica (sin salida al océano). Así, con el aporte de los ríos mencionados, los aportes de las lluvias y la evaporación, a lo largo de miles de años, produjo una alta concentración de sales que formó la laguna actual.
La laguna de Mar Chiquita constituye por sí sola un ecosistema compuesto por unas 350 especies de aves entre las que se destacan flamencos, patos, garzas, gallaretas, loros y el halcón peregrino. El avistaje de aves es una de las actividades más buscadas por los turistas.
Cuando el nivel del agua sube, y baja la salinidad de las mismas, la laguna se llena de pejerreyes y da lugar a la pesca de esta especie que es una de las especialidades gastronómicas del lugar.
La laguna de Mar Chiquita y los bañados del Río Dulce constituyen una extensa reserva provincial de la provincia de Córdoba, y se estima que próximamente se convertirá en una parque nacional, lo que de ocurrir lo transformaría en el parque nacional más grande de Argentina. 


- Paseos en lancha por la laguna:
Si vas a Miramar, sin duda no podes dejar de hacer la excursión en lancha por la laguna de Mar Chiquita.  Hay varias empresas de turismo que realizan esta excursión en botes o pequeños barcos, saliendo desde el pequeño puerto que se encuentra en la costanera. Si bien hay varias salidas por día, es conveniente reservar un lugar y horario para la excursión, ya que los botes son pequeños, y los lugares limitados. El recorrido dura poco más de una hora y durante el mismo el guía nos va comentando la historia del lugar y de la laguna con sus características. Primero se visita el Gran Hotel Vienna, que visto desde la laguna adquiere otra perspectiva. Luego se dirige hacia una parte de la costa en donde se asientan miles de aves y es posible ver las diferentes especies en su hábitat, en la costa, en grupos en la laguna y disfrutar de su vuelo.  De las muchas especies que hay, se destacan las garzas, gaviotas y sobre todo los flamencos rosados que son la especie estrella de la laguna. El guía proporciona unos binoculares para poder verlos más de cerca y observar sus colores y sobre todo verlos “despegar” de la laguna remontando vuelo. Ya regresando, en el último tramo de la excursión, el guía nos cuenta un breve repaso de la ciudad, las inundaciones,  las historias de resiliencia de sus habitantes y las ruinas que emergen cuando bajan las aguas dejando al descubierto los fantasmas del pasado. Una excursión fundamental para conocer Miramar, su laguna y su historia. 

- El Gran Hotel Viena:

A primera vista el edificio impacta. Es una mole que se ve de todos lados, el edificio más alto del lugar, una presencia fantasmal cargada de historias y leyendas, de extrañas presencias y relatos de nazis.  La visita de este lugar es fundamental, y es sin duda el atractivo más importante después de la laguna. Se hacen visitas diurnas, por la tarde, y la visita nocturna. Es recomendable hacer una reserva previa, sobre todo en las fechas de temporada alta, ya que puede haber bastante gente. La visita diurna, está más encarada hacia la historia del hotel, su construcción, su funcionamiento, cierre y posterior abandono. La visita nocturna, en cambio, está orientada a las muchas historias de fantasmas y espectros que según dicen habitan este hotel.
El edificio comenzó a construirse en etapas, entre 1940 y 1945 por iniciativa de la familia Phalke, de origen alemán.  Contaba con 84 lujosas habitaciones y era para su época un edificio de avanzada. Pisos de granito, paredes recubiertas de mármol de carrara, arañas de bronce, aire acondicionado y calefacción, ascensores, sucursal bancaria, cámara frigorífica, su propia central eléctrica, surtidor de combustible, y fabrica de hielo entre otras cosas.
Sin embargo y a pesar de la inversión y el lujo, el hotel funcionó en manos de los Phalke poco tiempo, hasta 1946, momento en el que misteriosamente dejaron el lugar para siempre. La fecha coincide con el final de la Segunda Guerra Mundial, y se habla de lazos con el nazismo, aunque la verdadera historia de porqué se fueron sigue oculta y rodeada de rumores.  Desde ese momento, el hotel siguió funcionando en manos de diversos propietarios sin demasiado éxito y en una decadencia que finalizará con la inundación de 1978, y lo llevaría a su cierre definitivo en  1980. Luego, las sucesivas crecidas de la laguna irían deteriorando el edificio que se fue derrumbando. Como siempre, el saqueo de los pobladores y la gente hizo el resto.
Hace un tiempo el hotel es un museo que trata de rescatar lo que queda del edificio, su historia y su patrimonio y los objetos que pudieron rescatarse. Si bien gran parte de los edificios que lo componen están en ruinas, el lugar posee una especie de atracción que hace que la visita sea sumamente interesante. Recorrer sus pasillos, sus habitaciones deterioradas, algunas recuperadas con los muebles originales, escuchar sus historias y habitar sus espacios nos lleva a imaginar las épocas glamorosas de este lujoso hotel, sus cómodos salones, el restaurante con vista a la laguna, sus jardines.  Sin duda visitar las ruinas del Gran Hotel Viena es una excursión inolvidable que vale la pena.

DÓNDE ALOJARSE:
Miramar llegó a contar en su época de esplendor con más de 70000 plazas hoteleras. Eran tiempos de esplendor, cuando las propiedades curativas de las aguas de la laguna atraían a miles de turistas de todo el país y también de más allá. En la actualidad, y luego del colapso que devastó a la ciudad, la oferta hotelera se viene recuperando lentamente, pero de manera sostenida, y cuenta con una variada oferta de hoteles, cabañas, bungalows y departamentos. 

Estos son los que recomendamos:
- Ansenuza Hotel Casino Spa 5*
Este moderno hotel de 5* se encuentra directamente sobre la laguna. Dispone de confortables habitaciones, amplios espacios comunes, variedad de servicios, restaurante, Spa y casino. El mejor lugar para disfrutar de los mágicos atardeceres en la laguna. 

- La Aldea
Un excelente alojamiento, ubicado en pleno centro de la ciudad y frente a la laguna. Cuenta con piscina externa e interna, estacionamiento y departamentos totalmente equipados desde los cuales se pueden ver los magníficos atardeceres de la laguna.
-  Hotel Miramar
Una muy buena alternativa para quienes desean una opción más económica pero con buenos servicios. Ubicado a 3 cuadras de la laguna y dos cuadras del centro. Las habitaciones son sencillas, pero tiene muy buenos servicios. Piscina externa, piscina climatizada, estacionamiento y muy buen desayuno.  

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GASTRONOMÍA:
Miramar tiene una variedad interesante de establecimientos gastronómicos, restaurantes, parrillas, pizzerías y cervecerías, ubicados en el centro de la ciudad, la mayoría sobre la calle Córdoba y en la Av. Costanera. Las dos especialidades del lugar son el Pejerrey y la nutria que se sirve en algunos lugares y se ofrece al escabeche, a la vinagreta o al vino.
El Ansenuza Hotel ofrece el mejor restaurante, con platos más sofisticados y elaborados de cocina internacional y local. Sobre todo en temporada alta es recomendable hacer una reserva previa.
El Restaurante El Patio es el lugar clásico de MIramar. La comida es variada pero no muy elaborada: parrilla, pastas y minutas en el centro de la ciudad, en un ambiente agradable y distendido. 


CÓMO LLEGAR:
Miramar se encuentra en el Norte de la Provincia de Córdoba,  a 710 km de la ciudad de Buenos Aires, y a 197 Km de Córdoba Capital, desde donde se accede por la RN 19 hasta Río Primero y luego tomar la RP 10 y RP 17 respectivamente.  Desde Córdoba se puede llegar con algunas empresas de Bus.
Otra opción es llegar en avión hasta el Aeropuerto de Córdoba desde donde una muy buena opción es alquilar un auto, contratar un servicio de traslado privado o bien tomar alguno de los buses que van hasta la ciudad. 

INFORMES Y RESERVAS:
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